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Los domingos



Los domingos,
vuelvo a ser la niña mujer que le cuesta crecer.
Abro la ventana para recibir en casa a Peter Pan.

Los domingos,
dejo que mis sueños se encierren en mi cabeza
y sean mis ideas las que desafíen a la imaginación. 

Los domingos,
las nubes lloran
y los caracoles pasean contentos.

Los domingos,
los amantes se despiertan juntos
aunque usen la ventana para escaparse de las responsabilidades con nombre de amor.

Los domingos,
bailo con la suerte
y cojo aire de tu aliento.

Los domingos,
el sol se esconde para descansar
y se encargan las nubes de arroparte y de cuidarte.

En mis domingos,
la palabra lunes está prohibida
y la película para evadirte es obligatoria.

En los perfectos domingos,
mis manos se despiertan rozando tu espalda
y mis piernas se encuentran entrecruzadas.

En los domingos con sábados locos,
las ganas están saldadas
y los aullidos se alargaron pasadas las doce.

En los domingos con semana dura tras la espalda,
la cama te da tregua
y el corazón se desprende de su escudo herido pero no abatido.

Los domingos,
son un premio al alcance de pocos
y son muchos los que necesitarían de mis domingos.

Los domingos,
suelo prometerme que cambiaré de vida
que cogeré la escoba para salir volando por la ventana
antes de que el lunes llame a mi puerta.

Los domingos,
simplemente,
me preparo para la guerra.

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