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Todavía...



Todavía te veo
aunque esté en una habitación a oscuras
y sea la oscuridad de la noche la que se apodere de mis días.

Todavía te escucho
en el silencio del que se arrodilla frente al mar
y le ofrece sus sueños.

Todavía te toco
aunque en el fondo desearía que mis manos fuesen puras
y no hubiesen arañado cuerpos sin sentimiento.

Todavía te huelo
aunque tu perfume se lo haya fumado el viento
y es el propio viento el que lleva tu aliento.

Todavía sabes a la última caña
y perdura aquel mal sabor de boca
del último sorbo que nunca me atreví a dar.



Todavía… pues eso, todavía

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