Ir al contenido principal

Cuentos, leyendas y fábulas




Te tengo cerca
y no sé si abalanzarme
o huir.

Huida,
es siempre tu alternativa a responsabilidades con nombre de amor.
Abalanzarte,
es siempre tu opción para vengar a la noche y a los naufragios en forma de copas de bar.

Tú,
y tus malditas ganas de quererme por horas.
Yo,
pagando los peajes por recibir tu amor por horas, minutos o segundos.

Todavía no sé por qué lo llamo amor.
Si es de todo menos eso.

Dices que me quieres como a ninguna otra
que escalarías montañas para regalarme mis flores preferidas
(edelweiss)
que nadarías mil mares para encontrarme
que lucharías contra el dragón para rescatarme.

Lo que no sabes
es que ahora mismo
yo escalo al cielo para regalarme la luna a mí misma
yo nado océanos para evitar cruzarme contigo
y me cortaría la trenza para evitar ser rescatada por ti.

En fin…
me he cansado de tanto cuento
de tantas leyendas
y de tantas fábulas.



PD: Suerte a la próxima princesa de sus cuentos inventados.


Comentarios

Entradas populares de este blog

A ti, mi guerrera.

A ti, mi guerrera: tienes el mayor secreto guardado de toda la humanidad. Has conocido el limbo, te han presentado al maligno. Has sobrevolado el cielo saltando de nube en nube. Has aprendido a contar sumando estrellas, multiplicándolas por las estrellas fugaces. Bajaste a los infiernos sin quererlo, supiste lo que era feo y lo que estaba mal demasiado pronto. Ni siquiera te dio tiempo a reaccionar, ¿cómo narices pudiste salir tan elegante de aquello? Si alguien supiera qué es el infierno por el que tú has paseado, no sabría hablar, o tal vez ni siquiera respirar. Sin embargo tú, no sólo hablas, sino que cantas no sólo das luz, sino que brillas no sólo caminas, sino que bailas no sólo tocas, sino que acaricias no sólo miras, sino que iluminas no sólo luchas, sino que ganas. Dime, ¿cómo alguien tan pequeña puede ser tan enormemente grande? ¿cómo has desafiado al mismísimo diablo y has conseguido volver a ganarle? Tranquila, que no te va a

Deja de...

Deja de... Deja de mirar pantallas congeladas y mira más los ojos de tu madre para que aprecies bien lo guapa que está cuando sonríe. Deja de tener tus dos manos en pantallas táctiles y utiliza una de ellas, para tocarle el culo a la vida y la otra mano para controlar al corazón. Deja de sentir con la cabeza y haz más caso al corazón. Que volar no puede hacerlo cualquiera y la tierra es a veces aburrida para ir tanto a pasear. Píllate de una ciudad para tener la excusa de volver ahí. Porque recuerda, “uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz” . Suma las mariposas que revolotean en tu estómago y multiplícalas por las veces que esa persona te deja sin aliento. Respira el aire de las montañas y duerme (sueña) en una habitación de hotel con vistas. Guíñale un ojo al destino. Haz testigo a la luna de tus noches de locura. Enamórate de tu forma de ser. Rétale a tus sueños. Plántale cara a tus miedos. Compón la mejor banda sonor

P.D. Te quiero.

Dejaste de ser un pájaro que vuela de rama en rama por ser parte de mi árbol. Dejaste de ser una abeja que se alimenta en cada flor por encontrar su mejor apetito en la más hermosa del mundo. Acertaste de lleno como una nota redonda en un compás cuatro por cuatro como la bailarina de ballet en el cascanueces como hizo Mozart en su última obra, que siendo una composición inacabada, es de las más maravillosas que se ha escuchado. Llegaste a mi corazón, Cupido dio de lleno. No le tembló el pulso. Pensaste que Cupido se equivocaría, que su flecha sería como aquel avión que cambia de rumbo en el último segundo como aquel barco que no llega a su puerto como aquella botella sin mensaje que no llega a destinatario. Pero no. Cupido dio de lleno. El avión aterrizó en mi corazón, no buscó ningún otro aeropuerto como aterrizaje de emergencia. El barco siempre llevó buen rumbo, llegó a mi puerto y la mujer del pescador le espero con rosas y con ojos llorosos