Dices que soy como un café frío en una mañana de invierno
la última
copa prohibida cuando llegas a tu límite
el último acorde de piano antes de romper una canción
y un corazón.
Dices que soy locura y calma
mar y fuego
carrera y caracol
lobo y liebre
sol y una dulce y romántica luna.
Dices tantas cosas que me las voy a acabar creyendo
pero lo que de verdad creo
es que te estás enamorando.
Te están persiguiendo tus sueños
y las pesadillas han huido.
Te pierdes en mi sonrisa,
en mis ojos.
Y estoy empezando a llevar ventaja al destino
al ver la meta
al final de una carrera tan larga como tu espalda.
Y tú sigues sin querer ver la meta
porque como ya te dije con versos
“te has chocado con la curva de mi cadera
y es que no quieres salir de ella”. Vas a tener que mirar más allá de mis piernas
para empezar a prometer con besos
y dejar los tontos versos de pena
de injusticia
de rabia.
Vas a tener que ganar este pulso.
Cógeme de la mano,
que voy contigo.
Que voy contigo… te lo prometo.
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